miércoles, 25 de marzo de 2009

CAMARERO, UNA DE CHIRIMIRI





BARRANCO DEL INFIERNO Y COVA SANTA
Día: 21/Marzo/2009
Integrantes: Vicente, Jorge, José Ramón, Antonio, Lourdes, Patro, Carolina, Julián y Luca Toni (Un perro que se unió a la peña de La Petaca en Fleix y se encariñó con Vicente. Lo bautizamos como el nombre del delantero del Bayern Munich).

INTRODUCCIÓN
El Vall de Laguar es uno de los valles del interior de la montaña de Alicante formado por los núcleos de Campel, Fleix y Benimaurell que juntos constituyen un solo municipio que no supera los 2.000 habitantes. En esta área de la Marina Alta vivieron durante centenares de años los árabes, hasta declararse su expulsión y la obligación a embarcar hacia África a través del cercano puerto de Dénia. Ellos nos dejaron, entre otros conocimientos, su forma de aprovechar el terreno mediante los bancales o terrazas, que permiten el cultivo en zonas abruptas como estas.
La Vall de Laguar ofrece, principalmente, dos atractivos: 1- El barranco del infierno lugar especial para todos aquellos aficionados al barranquismo, 9 km de saltos, cascadas y marmitas, no recomendado para inexpertos, ya que una vez que entras ya no hay marcha atrás. 2-La “catedral del senderismo”, el PR-V 147, sendero circular de unos 15 kilómetros que nos lleva desde Fleix hasta el Barranco del Infierno y desde allí, sin entrar en el barranco, hasta Benimaurell y vuelta a Fleix. Bien merecido el titulo de “La Catedral del Senderismo” todo senderista debería hacerla es una de las rutas más espectaculares y bonitas que hay en España, cerca del mar de poca altura y con un trazado histórico que se remonta a tiempos prehistóricos, romanos y sobre todo árabes “ La Vall del Laguar ”, topónimo de origen árabe "Al Agwar" (que significa " Las Cuevas"). En estas tierras vivieron los árabes, que demostraron ser unos buenos agricultores, manteniendo su estructura social y cultural mucho tiempo después de la reconquista, hasta que fueron obligados a embarcar rumbo a África, dejando una huella morisca permanente. Es el valle de los cerezos del levante español y uno de los parajes más bonitos en cuanto a vegetación, itinerario y vistas que podamos encontrar.
El recorrido es atractivo y llama la atención el bajar y subir por un recorrido zigzagueante formado por 6.500 escalones de piedra, construido hace siglos por los agricultores árabes para acceder a las áreas de labor del otro lado del río Girona y acceder a «Les Cases de les Jovades”. Les Jovades era una medida utilizada para la repartición de la tierra durante la repoblación posterior a la reconquista y a la expulsión de los moriscos. Dicen que era la cantidad de terreno que podía arar un mulo durante un día.

RECORRIDO
  • Salimos con chubasqueros, caía un ligero chirimiri, de Fleix y nos dirigimos hacia el lavadero de dicha localida, el cual hay que pasar unos 15 metros y tomar, a la derecha, un pequeño sendero con unos escalones que bajan hacia el profundo cauce del río Girona. A Carolina le encargamos contar los escalones por aquello de que era la novata (Hizo muy bien su tarea y le dimos el diploma para que afronte en breve el Camino de Santiago. ¡Suerte!). Bajando se atraviesa la cueva Forada, y la cascada del Salt, con un poco de agua. Según bajas sientes como te vas hundiendo entre las paredes verticales que limitan el cauce seco del río Girona, cruzado este se empieza el ascenso, por el otro tramo de escalones que hemos ido observando en el descenso. Resulta espectacular. Llegamos a una fuente que está al lado de una casa con un bonito porche. En lo alto de la montaña llegamos a “Les Cases de les Jovades”, desde el grupo de casas de “La Carrasca”, donde hay una casa rural, por la izquierda, bajamos hacia el Barranco del Infierno otra vez. Antes, hacemos una parada en la Font de Reinós, que está a mitad de bajada. Cruzamos nuevamente el cauce del río e iniciamos una nueva subida que nos acerca a “Les Juvees de Dalt”. En el alto paramos a comer y la lluvia nos permite hacerlo sin problemas. A Luca Toni tenemos que atarlo. En las cumbres está la niebla pero el chirimiri ya se ha ido, no sin dejar un verde muy bonito en la zona. Desde lo alto efectuamos el último descenso hacia el Barranco de Racons y acometemos la larga subida, como no con escalones, hacia la Fuente "dels Olbis" y Benimaurell. En mitad de la ascensión, cambio de planes y nos vamos a la izquierda en dirección a la Cova Santa. Una variante novedosa para la mayoría que nos permite ver de nuevo el Barranco del Infierno en toda su dimensión. Podemos disfrutar de una gran vegetación que cambia de manera asombrosa de las zonas soleadas a las de umbría, los bancales de olivos, almendros y cerezos. Admirar de cómo buscaron en la antigüedad las zonas planas para cultivar y como crearon los camino y senderos para acercarse a ellas. Un sin fin de sensaciones que te llevan de nuevo al cauce del Girona. Adelantamos en la bajada a dos extranjeras, a las que volveremos a ver en el cauce del Girona a la vuelta. Giras hacia la izquierda y río arriba te diriges a la Cova Santa. Está situada en pleno corazón del Barranco del Infierno donde los cortes de piedra son impresionantes, la vegetación surge en una explosión de color de las rocas. El blanco del cauce refleja igual que la nieve y hay que ponerse las gafas de sol. Llegamos a la cueva, nos cruzamos al final con una pareja y su niño, y nos pellizcamos para dar como real lo que tenemos ante nosotros. Algo espectacular. Desde aquí ya no se puede continuar, bueno existe una vía ferrata, pero optamos por retroceder para no correr riesgos innecesarios. A decir verdad, nunca pensamos el ir más allá. Volvemos a andar el camino recorrido durante un tiempo y al llegar a la senda que bajaba del Barranco de Racons la dejamos a la derecha y seguimos por el cauce del río hasta llegar a la subida a Fleix, por donde ya bajamos al principio del recorrido.. La cascada empieza a centellear contra una pared negra. Junto a la cascada cruza un arroyo que pasea su agua hacia abajo formando pozas de agua transparente . La senda de escaleras nos lleva en zigzag a un agujero en una pared, a modo de túnel llamado “Forat de la Juvea”, agujero hecho manualmente en su día para que el camino pudiera pasar. Enseguida llegamos a la “Font Grossa”, fuente construida de piedra canteada y coronada por una cascada de hiedra. Su lavadero es a dos aguas y con arcadas laterales. De ahí, a Fleix a coger los coches y a casa. Moraleja : El Barranco del Infierno siempre te guarda una sorpresa y por muchas veces que vayas te ofrece algo diferente. Volveremos.

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