miércoles, 9 de junio de 2010

SIERRA DE CASTRIL-CERRO LA CARRASCA





POR TIERRAS ANDALUZAS

Participantes: Vicente, Romualdo, Pascual, Rodolfo, Pepe, Javier, Casto, Juanjo, Cristobal, Adelana, Santi, José Ramón, Pepe, Julián y Lourdes.
Día: 24/04/2010

El Cerro de la Carrasca es un agudo puntal que culmina la divisoria entre Jaén y Granada asomándose al Valle del río Castril desde una posición privilegiada.
Justificar a ambos ladosLa relativa cercanía de uno de los gigantes de la Sierra , el pico de las Empanadas, le ha quitado protagonismo hasta el punto de que es una cumbre que apenas aparece reseñada en las guías. Tiene un carácter marginal, pero resulta atractiva por el hecho de que para ascender hasta la cumbre se requiere hacer alguna que otra trepada precisándose además de intuición montañera para encontrar los mejores pasos sin llegar a enriscarse.

Ruta:
Para llegar en coche, después de pasar Huescar, se va dirección a Castril, y unos tres kilómetros antes, hay un cruce a la derecha que señala “ Parque Natural Sierra de Castril”, se sigue unos 7 kilometros hasta ver unas casas y unos tubos enormes.
Comienza el recorrido en el Cortijo del Nacimiento. Cruzando por debajo de una tubería de agua de la central hidroeléctrica, sale una senda que en apenas un kilómetro abandonamos hacia la izquierda, para cruzar por un puente de madera sobre el río Castril. El trazado está bien marcado y enseguida llegas a un camino de herradura que en zigzag te sube suavemente hasta el Cortijo de la Puerca (1500 m.). Quedan dos pequeñas casas, con un nogal inmenso en la puerta y rodeadas de una pradera verde. Seguimos ascendiendo hasta llegar a un collado con vistas impresionantes al Empanadas (2.016 m.) cuya cima se ve cubierta de un manto de nieve. Después de las fotos de rigor continuamos, que nos dejan, y seguimos la dirección de un cauce de un rio hasta llegar a un paso natural hacia la vertiente norte de la sierra. El paso parece erosionado por el viento, y en él han quedado rocas con formas extrañas, van surgiendo pequeños riachuelos que atravesamos y llegamos al pie de nuestro objetivo el Cerro de la Carrasca (1.978 m.). En ese momento Pepe, José Ramón y el GPS deciden bajar al collado del Salistre y subir al Empanadas(2.106 m.), mientras que el resto del grupo afrontamos la subida primero por senda que se intuye, no marcada y después dejamos los bastones porque los últimos metros son de trepada fácil, pero hacen falta las manos para conseguir llegar a la peña en donde se sitúa el punto geodésico.
La bajada se hace por una chimenea un poco más larga de lo habitual para algunos del equipo, pero en el grupo hay gente experta en escalada que nos dicen como apoyar las piernas y brazos para bajar. Rodeamos la roca y bajamos suavemente, por entre pinos salgareños de gran porte y que por desgracia la mayor parte están afectados de procesionaria.
Se baja por la ladera del Cerro de la Carrasca hasta encontrarnos con un río que baja por el valle y llega hasta una huerta de manzanos en flor, nogales todavía sin hojas y montones de margaritas que dan una nota de color en medio de la frondosa hierba. En dicho paraje se encuentra el cortijo del Maestrillo, en ruinas (no tenia mal gusto el hombre cuando decidió abandonar la enseñanza tradicional y decidió refugiarse en ese paraje). En ese lugar comemos.
Bajamos por el Barranco de Túnez, siguiendo el cauce del rio que en algunos tramos recorremos por su lado izquierdo y en otros por el derecho, pero llegados al rio donde está la senda a la izquierda que ya conocen nuestros guias, decidimos buscar una ruta que va por el lado de la derecha del rio y cuya senda se ve claramente y buscar salida un poco más adelante. Es una senda preciosa a todo el valle y donde nos encontramos rocas de formas impresionantes, parecen torres de catedrales y caballos de ajedrez, cruzamos un paso angosto y salimos hacia otro valle donde se ve una cuesta herbosa y en la que parece dibujarse un zigzag. El guía tira recto y llegamos a la cima donde ya no se aprecia la continuación. El grupo se dispersa, unos buscan salida hacia abajo, otros van recto, pero ante la duda decidimos volver al Barranco de Túnez y recorrer la ruta conocida, porque como alguno apuntaba muy correctamente: ”la Infantería española no retrocede nunca, da la vuelta y sigue avanzando”.
El regreso hasta llegar al cauce del río es sencillo, casi todo bajada, un refresco en el agua del rio y de nuevo subimos por la orilla izquierda buscando el Chinar de Tunez, pero esta ruta de la pedrera no gusta a todos y por una senda en zigzag llegamos hasta encontrarnos con el camino de la mañana, desde donde deshacemos nuestros pasos, cruzamos el rio y ya, con todos nuestros compañeros reagrupados, llegamos a la meta.

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